$150 millones aprobados para la primera fase del saneamiento en Arraiján y La Chorrera
El Programa Saneamiento de Panamá (PSP) recibió aprobación de un préstamo por $150 millones por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para la Fase I del Proyecto de Saneamiento en Arraiján y La Chorrera, la cual atenderá a más de 188 mil habitantes.
Esta fase inicial del proyecto contempla cobertura de 229 barriadas y urbanizaciones, con la construcción de 324 kilómetros de redes de recolección, más de 16 mil conexiones domiciliarias, 65 kilómetros de colectoras y la interconexión de todo el sistema, que finalmente manejarán aguas residuales de aproximadamente 49 mil viviendas que actualmente descargan en ríos de dichas áreas. Finalmente estas aguas serán tratadas en la Planta de Tratamiento que se construirá en Caimito, la misma tendrá una capacidad de tratamiento de 1.35 m3/s.
Los $150 millones en financiamiento por parte del BID formarán parte de una inversión total de $553 millones; se utilizarán, entre otras cosas, para la construcción del primer módulo de la planta de tratamiento, la construcción del sistema interceptor de aguas residuales, así como también para la rehabilitación de colectoras, mejoras en el sistema de alcantarillados y las primeras conexiones domiciliarias.
“Cuando el Programa Saneamiento de Panamá inició, no teníamos idea de que tan amplio sería su alcance eventualmente. Hoy día, impulsado por la misión de Sanidad Básica emblemática del Gobierno Nacional, nos hemos propuesto llegar a Panamá Oeste para poderles brindar este beneficio tan importante en materia de higiene y salud, específicamente a los Distritos de Arraiján y Chorrera” aseguró Tatiana De Janon, Coordinadora General del PSP. “Sin duda alguna, podremos llevar a cabo un saneamiento exitoso, producto de nuestros esfuerzos y el apoyo de las comunidades.”
El saneamiento en Panamá Oeste contempla también programas sociales de concientización para la población, fomentando el manejo óptimo de desechos como la basura que tan comúnmente contamina los ríos y quebradas del país, no sólo afectando el proceso de tratamiento de las aguas sino creando ambientes insalubres y nocivos para las comunidades aledañas.